
Una autocrítica feroz desde el barro de María Teresa: Gonzalo Goyechea desnuda la anacronía del peronismo, defiende la renovación con Caren Tepp y denuncia el derroche y la distracción de quienes hoy tienen las manos sucias.
“Llovió buena cantidad en poco tiempo, pero escurrió todo bien, sin problemas.”
Así comienza Gonzalo Goyechea, presidente comunal de María Teresa, en una entrevista que no fue una entrevista, sino una confesión política. El territorio aparece primero, antes que la gestión. La sensibilidad queda, como queda el barro después de la lluvia: no se ve, pero se pisa.
Desde ahí, desde lo que se pisa, Goyechea lanza una de las autocríticas más crudas que se hayan escuchado desde adentro del peronismo santafesino. “Venimos arrastrando desde el peronismo una mala gestión o una oportunidad desperdiciada que fue el gobierno de Omar Perotti.”
Perotti llegó con el 41% de los votos. Prometía músculo, orden, seguridad. “Parecía a Schwarzenegger, musculoso, bronceado… ganó por la gran inseguridad que había.” Pero terminó evaporado. Y lo nacional fue peor: “Acompañado a un gobierno nacional de Alberto Fernández que fue, para el olvido, calamitoso.”
Goyechea no se esconde. No se victimiza. No se calla. “Hay como una intención de fingir demencia… pero está, está y está.”
La historia está. La decepción está. La anacronía está. El peronismo, dice, quedó viejo. “La sociedad ha ido cambiando, pero nosotros no hemos ido cambiando a la misma velocidad.”
Hablamos de asalariados cuando ya casi no quedan. “Son pocos los asalariados que están quedando… hay un montón de trabajadores que viven de la changa.”
Hablamos de aguinaldo cuando la mayoría vive de rebusques, de apps, de leña, de Uber. “No saben lo que es un salario, no saben lo que son vacaciones, no saben lo que es un aguinaldo.”
Y seguimos hablando del Estado presente. ¿Qué Estado presente? “Si un jubilado para operarse de la catarata tenía que esperar un año… si para llevar a un chico al hospital tenías que ir a las 4 de la mañana para que te atiendan a las 10.”
Goyechea exige rever todo. “Tanto en la función, cuando estamos en un cargo, como también en la forma en que nos relacionamos con la sociedad.”

La entrevista se vuelve estrategia. Goyechea cuenta cómo apostaron por Caren Tepp. Juventud, renovación, otra forma de hacer campaña. “Trabajamos mucho para que en nuestro espacio político, en el peronismo, tenga unidad, pero con una apertura… de nada servía la unidad si no era con renovación.”
Caren no era conocida fuera de Rosario. Pero representaba otra forma. “Podría haber sido Pablo Corsalini… nosotros queríamos una persona joven y con otras formas de llevar una campaña adelante.”
La campaña fue difícil. Pero se hizo. Se levantó expectativa. “Che, mirá qué bien, mirá qué bien.”
Y se enfrentó a un escenario nacional caótico. “Un pelado que tenía vínculo con el narcotráfico en la provincia de Buenos Aires… parecía que la Libertad Avanza se venía cayendo.”
Pero no. El que se cayó fue Pullaro. “Sacó un 18% en la provincia… salió segundo en Venado Tuerto. Impensable.” Y esos votos no fueron al peronismo. “Esos votos no vinieron a nosotros, se fueron a Libertad Avanza.”
Mientras tanto, los que tienen las manos sucias, dice Goyechea, quieren distraer. Atacan a Caren Tepp. “Quieren atacar a Caren… no le van a encontrar nada porque no hay absolutamente nada malo.” Y si lo hubiese, agrega, “¿qué tiene que ver Caren?”
La denuncia es clara. “Mil millones de pesos les dieron a iglesias evangélicas que algunas ni existen… cooperativas de trabajo que los vecinos de Cañada no conocen a ningún cooperativista.”
La campaña de Pullaro, dice, “era un derroche total.”
Y ahora quieren ensuciar lo que no tiene mancha. “Los que tienen las manos sucias, no tengo ninguna duda que son ellos.”
La política no puede ser solo reacción. Tiene que ser propuesta. Proyecto. Programa. Y sobre todo: vínculo. Con el campo, por ejemplo. Porque en María Teresa hay una plaza que se llama Néstor Kirchner, pero también hay una relación extraordinaria con los productores agropecuarios. “Tenemos una gigantografía de Néstor Nauta, pero tenemos una relación con el campo extraordinaria.”
No es contradicción. Es política real. “No podemos pensar un proyecto de provincia enfrentado con el campo.Y para eso hay que correr dinosaurios. No solo nombres. Formas. “Todo lo bueno y todo lo malo ya lo han dejado. Ya está.”
Hay que dejar de hablarle al espejo. Hay que salir de la burbuja. “Tenemos que renovarnos políticamente, no solamente en nombres, sino en las formas de hacer política.”
La reforma laboral también aparece. No la que propone el gobierno nacional, que arrasa derechos. Pero sí una que reconozca que el trabajo cambió. “Una reforma laboral tiene que haber… pero que no sea perjudicial a todos los laburantes.” Uber existe. El home office existe. Las changas existen. Y los sindicatos no representan a todos. “No puede ser… ¿cómo podemos vincularnos con la sociedad si tratamos de evitar hablar de los últimos cuatro años de Alberto Fernández?”
Y sigue: “No queremos hablar de inseguridad… porque le queremos explicar a una familia a la que le mataron a su hijo que el asesino es una víctima social.” Y continua: “No queremos hablar de corrupción… porque nos corren por un montón de casos que pasaron durante los gobiernos nuestros.” Y agrega: “No podemos hablar de reforma laboral… porque nos ponemos los sindicatos en contra.”
Pero Goyechea insiste. “Cambió… el trabajo fue cambiando… cuando estaban las leyes laborales no existía Uber, no existía el pedido ya, no existía el trabajo online.”
La entrevista termina, pero no cierra. No hay consuelo. No hay blindaje. Solo una frase que queda flotando:
“Quedamos anacrónicos. Y ahora, ¿qué hacemos con eso?…"
Fuente: redaccion