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Villa Moisés: cuando el barrio se convierte en abrazo

Testimonio de Roxana, vecina de Villa Moisés

Villa Moisés: cuando el barrio se convierte en abrazo

Testimonio de Roxana, vecina de Villa Moisés

Esta nota nació al aire, en el programa LA VEREDA de Radio MIL9, donde la palabra se convierte en acto y la voz del barrio encuentra su lugar. Roxana, vecina de Villa Moisés, compartió su testimonio en plena emergencia, con el agua aún marcando las paredes y la solidaridad desbordando por las veredas. 

En Villa Moisés, el agua subió hasta la cadera y dejó marcas que no se borran con el sol. Pero entre colchones mojados, alacranes y muebles arrastrados, hay algo que no se hunde: la dignidad. Roxana, vecina y sostén comunitario, cuenta desde el barro cómo se organiza el barrio para rescatar lo perdido, alimentar a los chicos y sostener la memoria viva de la solidaridad. Su voz no es queja, es acto. No es lamento, es red.

“Acá estamos en una situación media fea. Varios vecinos han perdido la mayoría de sus cosas. Ayer les consiguieron colchones, frazadas, algo de ropa... pero la mayoría perdió todo, todo.” Roxana no exagera: nombra lo irreparable con la fuerza de quien lo vive. Y lo vive con otros.

“El agua nos llevaba, imaginate hasta la cadera. Por Marenghini, mientras anudábamos, aparecieron serpientes. Y después, al correr los muebles, los alacranes.” No es solo agua. Es peligro, es miedo, es cuerpo en riesgo. Marenghini se convierte en escenario de supervivencia.

En medio del barro, Roxana y su familia sostienen una rutina que es acto político: cada domingo cocinan para 175 chicos del barrio. “Porque de lunes a viernes algunos comen en el comedor de la escuela, y nosotros les damos de comer los domingos.” No es caridad, es comunidad. También reparten leche dos veces por semana, a la salida de la escuela. “Tratamos de darles un plato de comida, aunque a veces no se puede. Somos un grupo familiar, mi familia y un par de vecinos, que juntamos para que tengan su platito cada domingo.”

La red se sostiene con manos, con fotos, con listas.  “Necesitamos alimentos no perecederos: tomate, arvejas, fideos, leche. Todo lo que se pueda sumar.” No pide por pedir. Pide para sostener.

El sol salió, pero no alcanza. “Gracias a Dios está secando todo. Estamos ayudando a acomodar por Marenghini a varias familias, a sacar las cosas, a ver si podemos rescatar algo: camas, roperos. Estamos trabajando.” Y cuando el sol calienta, también se reparte abrigo. “Aprovechamos que salió el sol, conseguimos ropa. Acá estamos, dando una mano en lo que se pueda.”

La ayuda llega, pero no se espera sentada. “Nos acompañaron, recorrieron, dieron una mano. Consiguieron colchones, llevaron ropa. Gente de Venado se acercó con patillas, comida. Antes de ayer, el día de la inundación, los ex combatientes de Malvinas intentaron pasar, pero no pudieron llegar al otro sector. Igual estuvieron en un sector al mediodía. Mucha gente vino a ayudar, gracias a Dios.”

Y cuando se despide, Roxana no se va, se ofrece. “Muchísimas gracias, que tengan un hermoso día y que Dios los rebendiga. Gracias por esta oportunidad"

En Villa Moisés, el agua arrastró muebles, pero no pudo con la red solidaria.

Fuente: Redacción

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